domingo, 1 de junio de 2008

さようなら


Anoche estuve hablando
y en mis orejas se turbiaban mis palabras,
decía cosas sin hablar,
mas mentir no podía más.
Anoche estuve sufriendo
y tu olor te trajo a mi memoria
colapsando mi retina de recuerdos
que huían entre las sábanas.
Anoche estuve pensando
como sería el último beso,
el adiós que marcaría,
como un sello al rojo vivo,
nuestros latentes corazones,
ahora separados y desgarrados.
No hay rosa que no hiera
como tampoco amor que no haga llorar.
Anoche estuve llorando
por nuestro derrotado amor.